sábado, 28 de octubre de 2017




                   Una carta
Tú y yo llegamos de la mano caminando
hasta aquel extremo mismo de la felicidad,
nos detenemos de vez en cuando suspirando
para contemplar la luna en su oscura inmensidad.
Nos mira intensamente celebrando nuestro amor
iluminando caminos, montañas y vertientes
con su mágico y brillante resplandor.
Con su voz transparente y cadenciosa
muy bajito la escucho decir…
tu novia es tan linda, es tan hermosa
desde aquí yo lo puedo advertir.
“Tiene una mirada que enamora,
tiene unos labios de jazmín,
una sonrisa encantadora
dibujada en su rostro juvenil”.
“Tiene unos ojos de coral,
brillantes, sempiternos de alegría
forjados con los colores del mar
que por ellos deliro noche y día”.
Nos despedimos de ella
con una carta de agradecimiento
se la entrega una estrella
exaltando su noble recibimiento.
Darwin

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